Iván Perchante, fundador de Doble Corazón, asociación de Málaga recién declarada de utilidad pública, financia dando clases de idiomas parte de los proyectos para cuidar y educar a niños cameruneses.

 

Estos días Iván Perchante, un afable argentino de 35 años y vecino de Málaga, luce resplandeciente, pese a que padece una dolorosa lesión en el sistema nervioso. El motivo es que el sueño de su vida, la Asociación Benéfica Doble Corazón, que fundó en 2018, acaba de conseguir la declaración de utilidad pública.

En realidad, todo comenzó justo tal día como hoy de hace siete años, el 14 de febrero de 2015, cuando este antiguo futbolista, que llegó a jugar en los juveniles del Málaga y en Suecia, hasta que tuvo una importante lesión deportiva, viajó a Camerún para ayudar como voluntario a Santiago, un médico argentino con quien se crio en Málaga. «Desde que estábamos en la escuela hablábamos de África. Yo quería irme allí a servir», cuenta a La Opinión.

Durante un mes, trabajando de 12 a 14 horas al día, fue ayudante de enfermero en el hospital y regresó a España con la idea de costear tres primeros proyectos: un pozo de agua y un generador para el hospital y la compra de dos hectáreas de tierra para la familia de la fallecida Amélie, una paciente con cáncer terminal a quien cuidó.

‘Doble Corazón’, por cierto, fue primero el título de la novela que escribió en 2012. El producto de su venta le ayudó a sufragar algo de sus proyectos solidarios en Camerún.

18 idiomas

Pero su gran baza, aunque este joven modesto nunca quiera sacarlo a relucir, son los 18 idiomas que estudia y con los que, durante una década, se ha comunicado con los clientes de los barcos turísticos del puerto de Málaga, donde ha estado empleado, hasta que arreció la enfermedad.

Muchos de estos viajeros, explica, han colaborado con Doble Corazón y ahora que no puede trabajar en el puerto, «es la gente a la que les doy clase online».

En concreto, enseña español inglés en francés; francés en portuguésalemán en francés y pronto podrá enseñar español en sueco.

El 10 por ciento del salario lo destina a la ONG y, en los últimos tiempos, también trabaja como agente inmobiliario «y un 33,33 por ciento de lo que gano es para Camerún».

 Iván Perchante, en su época de trabajador en un barco turístico del puerto, antes de la enfermedad.

Iván Perchante, en su época de trabajador en un barco turístico del puerto, antes de la enfermedad.

Escolarización

Su esfuerzo y el de los socios que lo apoyan se concreta ahora mismo en 67 niños, en su gran mayoría huérfanos que están siendo escolarizados en el país africano, repartidos entre el Hogar Alejo Ocar, que él mismo fundó, en la ciudad de Obout, a unos cien kilómetros de la capital Yaundé y el resto, acogidos en varias familias.

Del Hogar Alejo Ocar, que lleva el nombre de un amigo argentino que le ayudó mucho en sus tiempos de futbolista en Suecia, se encarga un matrimonio formado por Joseph Patricia, de quienes subraya que llevan todo el peso de ‘Doble Corazón’ y con quienes mantiene un contacto diario: «Hablo con ellos dos o tres veces al día por videollamada, además de escribirme a cada rato, si no, es imposible», destaca.

Los niños, además de escolarización y techo reciben ropa, mochilas, libros y medicinas. Además, una alegría muy grande para Iván es que cuatro de ellos ya están en la universidad, en concreto dos chicas (Josiane Danielle) y dos chicos (Ayolo Mekoui). Tres de los jóvenes estudian Derecho y el cuarto, Informática.

«Podía pensar que tenía que dejar esto porque mi cuerpo no daba para más pero tengo una razón para vivir y ha sido una de las cosas que me sacó adelante», confiesa.

Con su familia, cuando publicó la novela ‘Doble Corazón’.

Con su familia, cuando publicó la novela ‘Doble Corazón’.

Ahora, con la declaración de utilidad pública, algo logrado en buena parte gracias a que la asociación fue en años pasados concienzudamente auditada cuando no tenía obligación, «todo el que colabore con Doble Corazón, sea empresa o persona individual tendrá reducciones fiscales», remarca.

Iván Perchante quiere agradecer en este sentido la colaboración que le presta Vera y Fernández Consultores.

Por eso, ve un poco más cerca la construcción de un orfanato, mucho más grande que el hogar actual, para el que ya cuenta con terreno. Y tras alcanzar esa meta, en la misma parcela quiere levantar un hospital.

Como subraya, se trata de una promesa que le hizo a Miguel, un niño de 8 años lleno de vida, que falleció pese a que logró que fuera operado en España, en el Hospital Reina Sofía de Córdoba.

Iván Perchante, que explica que este año la escolarización de los niños costará 15.000 euros, detalla que el orfanato, en cuyo proyecto están colaborando unos arquitectos de Benalmádena, costará «alrededor de 100.000 o 120.000 euros». Nada es imposible para Iván, con su sueño de servir a los demás hecho realidad.

 

https://www.laopiniondemalaga.es/malaga/2022/02/14/doble-corazon-universidad-clases-idiomas-62672432.html